Los objetivos
de la técnica expositiva son la transmisión de conocimientos, ofrecer un
enfoque crítico de la disciplina que conduzca a los alumnos a reflexionar y
descubrir las relaciones entre los diversos conceptos, formar una mentalidad
crítica en la forma de afrontar los problemas y la capacidad para elegir un
método para resolverlos.
Desafortunadamente
la práctica docente suele olvidar los dos últimos puntos y se centra en la
transmisión de conocimientos, es decir, en impartir información.
Cómo se aplica:
1. El primer paso es determinar
claramente los objetivos.
2. Después es preciso seleccionar
los contenidos, tomando en cuenta el nivel y los conocimientos previos de los
estudiantes, así como el tiempo del que se dispone para ofrecer la clase. Es
importante adecuar el ritmo de aprendizaje a lo largo del curso según la
dificultad de los diversos conceptos y principios.
Los contenidos
no deben ser presentados de forma abstracta. Los estudiantes necesitan de
manera especial ilustraciones y aplicaciones que los apoyen a relacionar un
conocimiento nuevo con conocimientos y experiencias previas.
3. La introducción de la clase se
debe plantear de manera que capte la atención, puede ser en la forma de
preguntas o breve exposición de una problemática. Puede ser útil repasar
brevemente lo expuesto los días anteriores y cómo se estructura la continuación
de una forma lógica, ayudando a recordar en el punto en que se dejó la materia.
4. A partir de la introducción,
se desarrolla la exposición. Es responsabilidad del docente mantener alto el
nivel de atención. Un buen profesor hará uso de anécdotas y ejemplos
ilustrativos y de ilustraciones visuales. O bien, trazará imágenes en el
pizarrón que permitan a los alumnos seguir el argumento; asimismo variará el
ritmo haciendo una pausa antes de pronunciar afirmaciones importantes,
levantando la voz y hablando de modo más sobrio para dar énfasis.
El profesor
debe atender otros aspectos, como son la comunicación verbal y no verbal, el
cuidado de la voz, las pausas. Es decir, es indispensable prestar atención al
nivel de comunicación que se produce en la clase, pues el profesor debe ser un
buen comunicador.
5. No sólo la exposición oral
tiene que ser prevista y organizada, sino también los apoyos visuales. Un grave
error es que las diapositivas, Power point, o las láminas de acetato del
proyector den imágenes demasiado pequeñas para ser vistas con claridad por la
mayor parte de los estudiantes. El trazo de los dibujos en el pizarrón debe ser
sencillo y las letras deben ser lo bastante grandes para poder leerse.
6. El docente debe terminar su
exposición haciendo una síntesis en la que enfatice los aspectos sobresalientes
de su intervención.